Este reglamento se aplica a todos los productos destinados a ser incorporados, de forma permanente, en la construcción (edificios, ingeniería civil, etc.).
El propósito de la CPR es asegurar que todos los cables usados en instalaciones permanentes en toda la Unión Europea son evaluados, clasificados y aprobados bajo un criterio único.
Las disposiciones CPR se aplican a los cables de energía, de telecomunicaciones, de datos y de control. El reglamento contempla seis nuevas clases, designadas desde la A a la F, donde A implica el máximo nivel de reacción, siendo el producto no combustible y F el menor nivel de reacción, que no supera ni la propagación de la llama.